
Definición:
Con frecuencia se utiliza de manera informal el término paranoia con varias acepciones diferentes y no siempre coincidentes. Cuando se dice "estoy cogiendo una paranoia" se puede estar queriendo expresar cosas distintas: "estoy cogiendo un enfado, una manía,... o simplemente un miedo ante un examen". De la misma manera cuando se acusa a otro, en un tono unas veces irónico y otras irritado: "¡eres un paranoico!" se puede estar queriendo decir cosas distintas sobre esa persona. Desde llamarle desconfiado hasta obsesivo, podemos querer decir que es avaro, receloso, precavido o simplemente insinuamos que tiene mal carácter y nos "cae" mal. El sentido, por tanto, que muchas veces damos a la palabra paranoia va a depender de nuestra particular interpretación del término y de la situación en la que nos encontremos en ese momento, inclusive de nuestro estado de ánimo. Sin embargo la paranoia tiene un significado muy concreto en Psiquiatría, que no siempre coincide con el nuestro.
En la Clasificación Internacional de Enfermedades, en su apartado psiquiátrico, se sitúa la Paranoia entre los llamados Trastornos de ideas delirantes. Son trastornos psicóticos, esto es, enfermedades parecidas a la Esquizofrenia pero diferentes de ella, en las que se produce un quiebro de la realidad y el enfermo crea una nueva dentro de su mente.
La Paranoia, se caracteriza principalmente por la presencia de delirio o ideas delirantes, que pueden definirse como falsas creencias de diferentes temáticas o contenidos (existen delirios de perjuicio, de grandeza, de enfermedad, de seducción, de ruina... y de muchos más temas) que se basan en una incorrecta valoración de la realidad exterior. Estos trastornos se presentan mayormente en individuos de personalidad orgullosa, ególatra y desconfiada, a quien su estado de inseguridad los lleva a desarrollar conductas autosuficientes y de control hacia el entorno que los rodea. Elaborando complejos esquemas mentales acerca de imaginarios complots en su contra, tienden hacia la agresividad (verbal o física) hacia su entorno.
Características:
Las personalidades paranoides se caracterizan por unos patrones y unos rasgos de conducta que permiten distinguirlas y estudiarlas.
Evitación de la intimidad: se mantienen firmes en su postura, evitan la intimidad por temor a dar información que pueda ser utilizada como arma por sus enemigos.
Estado de alerta: se nota en el paranoide, cuando se le observa, el estado de alerta, de tensión. Es una persona que detecta el ataque y la infidelidad donde otros nada ven.
Rencorosos: están a la espera de la venganza. La sobre valoración, la intolerancia a la crítica, la auto justificación de los errores, el humor irónico y la necesidad del contrincante forman parte de los rasgos del trastorno paranoide.
Grandiosidad: porque tienen su propia manera de ver el mundo y le dan un alto grado de validez respecto de la forma en que lo evalúan los demás.
Hombres de dos caras: si se tiene la oportunidad de hablar con algún familiar o persona cercana, se verá que el paranoide tiene un tipo de conducta para los familiares o amigos y otra muy distinta para los que no lo son.
Variedades:
1. Delirios de reivindicación: Se caracterizan por tener una idea que prevalece sobre las demás, subordinando todas las conductas a un postulado fundamental. Los sujetos que los sufren poseen un temperamento vivo, receloso y susceptible; son fanáticos de la política, religión o reforma social. Sobre esta constitución paranoide desarrollan el delirio, debido a un fracaso o un conflicto. Se pueden ver tres tipos:
Los querellantes: Persiguen la defensa de su honor a ultranza con menoscabo de sus intereses.
Los inventores: Reivindican el mérito, guardando el secreto de sus experimentos, quejándose de ser desposeídos de la patente.
Los apasionados idealistas: Sueñan con sistemas políticos de paz universal. Su reivindicación es ideológica, atentando contra hombres políticos e instituciones.
2. Delirios pasionales: En ellos existe un núcleo afectivo, con trastornos alucinatorios, impulsividad y pasiones imaginarias. Dentro de estos delirios podemos distinguir:
El celotípico: Consistente en la transformación de la situación de la relación amorosa de la pareja, en una situación triangular. Se siente burlado y abandonado. Se funda su delirio en un montón de pruebas falsas y falsos recuerdos. Los sueños contribuyen a alimentar su pasión celosa.
El erotomaniaco: Es la ilusión delirante de ser querido, de ser amado, con sentimiento de orgullo y esperanza. Afirma que es el objeto (persona que ama), el que ha empezado a declararse. Termina con una frase de rencor, llegando a veces hasta el drama pasional.
El sensitivo de relación de Kretschmer: Afecta a personas menos agresivas, de carácter tímido, hipersensibles y con complejo de inferioridad. La persona se relaciona con un grupo (vecinos, familia o su cónyuge); esta persona es el centro de interés enojoso y humillante de un conflicto vivido con los demás. Reacciona con depresión. Es típico de los gobernantes y de las solteronas.
El de interpretación: Constituye una especie de locura razonante obedeciendo a una necesidad de explicarlo todo y descifrarlo todo. Interpreta erróneamente una situación normal (un saludo, una mirada). Por medio de esta interpretación transforman el mundo, construyendo el delirio sobre los temas: de persecución, envenenamiento, misión divina, etc.
Enfermos:
La paranoia suele presentarse en el adulto mayor y es más frecuente en los ancianos. Lo favorece el aislamiento por lo que tienen más riesgo aquellos ancianos que viven solos, sobre todo si son mujeres. Son característicos los delirios de sordos, sordomudos y ciegos, por lo que la deprivación sensorial se considera un factor de riesgo. Al no ver ni oír bien, malinterpretan lo que perciben de forma deficiente y pueden llegar a construir explicaciones delirantes.
Diagnóstico:
Lo característico es que la presenten durante al menos 1 mes y que el contenido sea, generalmente de perjuicio, daño y persecución, que son las manifestaciones clínicas mas frecuentemente observadas. El paciente afectado de Paranoia mantiene conservado un juicio correcto sobre todos aquellos aspectos que no afecten al contenido delirante, no presenta alucinaciones y puede funcionar bien en tanto no se roce el tema de sus ideas delirantes.
Tratamiento:
Prevención:
La prevención de la paranoia debería empezar en la infancia. Los humanos somos por naturaleza seres sociales, aunque este rasgo en otras ocasiones está oculto detrás de la inseguridad. Debemos aprender a confiar en el otro demostrando nosotros que somos honestos, coherentes y responsables y educar en estos valores a nuestros hijos.
Solución:
No existe cura para la paranoia en casos extremos; solo el tratamiento psiquiátrico con medicamentos puede atenuar sus características. Y el tratamiento se dificulta por la conducta desconfiada del sujeto paranoide, que piensa que todo es parte de un plan hacia él. Como siempre, en estos casos, la única manera en que se puede acceder al tratamiento es a través de un familiar y persona de confianza del individuo, que logre llevarlo a tratamiento psiquiátrico.